Inteligencia artificial: tecnología valiosa que requiere vigilancia

Hoy en día es un hecho indiscutible que nuestro planeta está en crisis debido a la actividad humana de los últimos años, en relación a los años de presencia de nuestra especie en la tierra. La consecuencia más reciente de la crisis ambiental y climática ha sido el brote de la pandemia del virus COVID-19 con todos los efectos dramáticos conocidos sobre la salud humana y la vida económica y social. Ahora es un hecho que existe la voluntad y el esfuerzo en todo el mundo por parte de varios gobiernos, organizaciones, equipos de investigación e individuos para frenar la amenaza climática de muchas maneras y con diversas tecnologías innovadoras. A título indicativo, se mencionan las políticas y acuerdos para la reducción de emisiones de CO 2, métodos de producción de energía renovable, métodos de absorción de CO 2 de la atmósfera, intentos de carne sintética, etc. Un enfoque emergente para abordar la crisis climática es el desarrollo y la aplicación de sistemas de inteligencia artificial (inteligencia artificial) y aprendizaje automático (aprendizaje automático) como las Pinzas para robots.

Es cierto que la inteligencia artificial y el aprendizaje automático pueden contribuir significativamente a resolver muchos problemas relacionados con el medio ambiente y especialmente la crisis climática. El Proyecto Green Horizon de IBM ya está ayudando a reducir la contaminación ambiental mediante el análisis de datos ambientales. Google a través del programa Deep Mind puede controlar y reducir drásticamente la huella energética de las grandes centrales eléctricas industriales. También ha habido un progreso significativo en la predicción del clima extremo utilizando algoritmos de aprendizaje automático. Además, con la implementación de sistemas de inteligencia artificial es posible mejorar la gestión de los recursos hídricos y el suministro de agua de grandes tierras cultivables. Las anteriores son solo algunas de las áreas en las que la inteligencia artificial y el aprendizaje automático pueden contribuir, y ya lo hacen, a la gestión de los numerosos problemas asociados con la crisis climática. Vale la pena señalar que estas tecnologías se están desarrollando para ayudar a muchas otras áreas con un enfoque destacado en la salud.